no me hubiera movido con tanta presteza a la acción de no haber mediado las egoístas consideraciones que acabo de enunciar. En esto iba yo meditando mientras el taxi me conducía por las calles de Madrid. Huelga decir que era ésta mi primera visita a la capital de España y queardíaendeseosdepreguntarquéeratalocual edificio, monumento o paraje, pero me abstuve de hacerlo por razones de prudencia elemental. En un silencio lleno de presagios llegamos ante un edificio