que son siete millones tirando por lo bajo. Con los dientes más blancos que la sal, para morderle la perita del ombligo a quien a mí me levante ni tanto así el galillo. PALOMA.- Lo que profeticé: la mundial. (A CARMIÑA, quesemuevetorpementeconlaescalera.)¿Quécarruseles éste, cativa, que nos vas a matar con la escalera? CARMIÑA.- A ver si vino el barco. Es un momento sólo. (Forma un lío con la escalera.)