escalera para subir siquiera, que tengo que llevarla a cuestas cuando me muevo lo mismo que una cruz. Con lo que he sido. Dando, dando siempre, dandome yo cuando no me quedaba otra cosa que dar. Ahora todas vivís de los turistas. ¿Quién inventóelturismo?¿Quiéntrajoaquíalosextranjeros? Yo, yo, yo. Y le di el nombre de peregrinaciones para disimular. Si no es por mí, nadie conocería esta casa: los de fuera venían a verme, y mis hombres se iban afuera