sonado un penetrante pito que restableció el orden como por ensalmo. Capítulo decimoctavo DEL PODER TAN SUBITO y completo fue el silencio que allí se hizo que quedé sobrecogido. Busqué con la mirada la procedencia del pito, que había dejado de sonar, sindarconella,hastaqueadvertíquetodoslos consejeros tenían vuelta la cabeza hacia un aparato que figuraba a la cabecera de la mesa, frente a una silla vacía, en todo parecido a una tostadora y en uno