que las camareras arrancasen el aplauso y me obligaba a dar vueltas y vueltas para enseñar mis muslos. (De pronto deja de bailar.) ¿Por qué no te fuiste aquella noche, como habíamos quedado? Con las manos lavadas y sin nada comprometedor en tu bolsayanocorríaspeligro. VICTOR.- No sabía a donde ir. MIRIAM.- Y me elegíste a mí como chivo espiatorio. Claro, me viste tonta y complaciente. VICTOR.-
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CORRERIII - Pasar peligros, aventuras, o cierta suerte