de calzado. Cogí el maletín y dediqué unos segundos a soñar despierto que era un ejecutivo que zarpaba de su hogar rumbo al banco para contribuir al bienestar de la nación. ¡Qué lástima, dije para mis entretelas, que las circunstancias me hayan sido adversas, porque hay queadmitirquetengoestampa! Capítulo decimoprimero SUEÑO Y RAZON EN LA ESQUINA de Balmes-Pelayo di a la Emilia las últimas instrucciones: --Recuerda bien lo que te he dicho: cuando me veas salir