niña a mujer", y otros indiscutibles hits, a cuyos acordes hasta los esqueletos parecían balancear alegremente sus cóncavas pelvis. El túnel se hacía a veces tan angosto que teníamos que avanzar de perfil o a cuatro patas. Luego se abría en un nuevorecintoenelquesearracimabaotrapromoción de difuntos. En todo momento, empero, el túnel ascendía hacia lo que, según mis cálculos, debía de ser la cumbre de la montaña. Llevábamos caminando un largo