, la huelga general que nunca cuajó, las porras de los grises, el salvado y el intestino grueso, en fin, cosas así. ANA.- ¿Y después? TEO.- Después..., nada. Bueno... ¡esto! (Teomiraasualrededorencogiendosedehombros.) ANA.- No, después, Quique. TEO.- Me gustaría que alguien me lo presentara: «Aquí su hijo, aquí su padre putativo»... En realidad,