Texto contextualizado: |
triunfante al par que malograda flor de caballeros que fue el rey don Pedro II de Aragón, apenas si acababa de volver coronado de victoria y ufano de haber sido el brazo derecho de Alfonso VIII de Castilla, en la resplandeciente jornada de Las Navas, de la que le fue otorgado el más precioso de todos los trofeos: la famosa tienda del Miramamolín, junto a la cual había venido a consumarse definitivamente la derrota de los almohades, cuando he aquí que (como si un raro y ominoso azar de los topónimos hubiese pretendido abrochar y rubricar |
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