una relación virtualmente análoga a la que en el teatro guarda el actor con su propio personaje. Pero los generales de hoy, envenenados de conciencia histórica y espíritu ecuménico, no quieren albedrío, sino necesidad; no quieren voluntad, sinodestino;noquierenautoría,sinomandato.Obedeciendoalgeneral descrédito de toda subjetividad, aspiran a que su propio nombramiento se halle inscrito entre las determinaciones objetivas de la historia. El sentimient moral de Eisenhower -y acaso el de la mayor parte del pueblo