atuendo. El acto caballeresco tiene la desenvoltura, la generosidad y hasta la alegría de lo facultativo, y cuando la exigencia moral cifra toda su preocupa en adoptar la grave fisonomía de lo necesario, de lo inevitable, todo lofacultativotienequeestarmalvisto,porque,comomínimo,ofendeala propia idea de necesidad (ofensa que hoy, por pintoresco que parezca, es ya un pecado en sí), si es que no incoa sobre ella el entredicho y la sospecha. Incoar sospechas sobre lo necesario es menoscabar o minar el pilar ideológico