dar y comentar no quiere ser más que una de tantas, valga por lo que valiere y sin menoscabo alguno de la validez de cualquier otra: ningún semblante humano puede configurar en sus facciones "el rostro de la perfecta santidad" como un semblante natural,porquelasantidadnonacedelinterior,comounfruto espontáneo de la naturaleza, sino que es inducida y conformada desde fuera, como una obra del espíritu. La imagen de la perfecta santidad no será nunca en ningún joven más que una máscara postiza -es decir, un