de la palabra honor -que dice estimación pública y ajena-, ya no es la mirada del prójimo, sino la subjetivida individual, el fuero interno, quien ahora ejerce de árbitro soberano que discierne y dictamina de lo honroso o deshonroso. Mas, en verdad, supuestoquerespondeapurasinstanciasindividuales,laobjecióndehonor no es, en el mejor de los casos, otra cosa que una objeción de conciencia enmascarada, que, como tal, debería resolverse, al igual que la antigua rescisión del vasallaje, con la devolución de todo poder y autoridad que el
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RESPONDERII - Corresponder. Estar [una cosa] en relación con [otra]