conde de Cavour- ha quedado obsoleta y devaluada. Era sin duda una figura de diplomático construida sobre la del buen tratante comercial, cuya habilidad se cifra sobre todo en dejar convencida a la otra parte de que ha hecho un grannegocio.Sielméritodelantiguodiplomáticoresidía,pues,justamente en conseguir acuerdos realmente ventajosos sin que ostentasen la apariencia de tales, huelga decir que tal capacidad desdice y contraviene por completo la moderna exigencia de "apuntarse tantos" ostensibles para la