Texto contextualizado: |
de su obra Las de Caín, los hermanos Quintero retrataron con gracia el vicio español de tomar el retruécano y el desplante retórico, conceptualmente hueros y lógicamente incongruentes, por verdaderos argumentos. "Pero digo yo: ¿consultó usted a su padre para subir al balcón?", repite una y otra vez el inefable tío Cayetano, como el argumento definitivo e irrebatible. Todavía en disputas de matones, que al fin son juegos de competencia personal, se comprende y se admite que prevalezcan y se den por victoriosos la labia, la enjundia verbal, la eficacia |
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