de la jura con que se inauguraba su reinado, figuraba una espada llevada por un paladín. Esta espada podía, por lo visto, tener dos posiciones, cada una de las cuales se correspondía con un significado: si la punta miraba al cielo quería decirqueeljuranteserecibíaporreyencuantoalatitularidaddela realeza y a la propiedad del reino, pero no en cuanto al ejercicio del mando -"gobernación", que se decía entonces; "poder ejecutivo", que diríamos hoy-; si, por el contrario, la espada iba apuntando para el suelo,