convencerlo de utopismo naïf; nada hay más dudoso ni más necesitado de revisión en este mundo que el sentido del trabajo tal como hoy lo ofrece, en Oriente y Occidente, el Arbeitgeber, el dador de trabajo. Nada hay más sospechoso que su exaltación. Cuandoelmarxismoinventólafiestadeltrabajo,nopodíapretender justificarla por nada parecido a una oda al vapor, pues el vapor aparece como una energía específica, novedosamente hallada, y que en razón de tales circunstancias explica un sentido admirativo. Pero el trabajo no