altos, por las elevaciones señeras y escarpadas, ha sido siempre un culto fetichista que implica probablemente una llamada a los deseos de autoafirmación y tal vez a un orgullo especialmente masculino. Bien sabe Dios que soy poco aficionado a las siempre groseras y gorrinas interpretaciones delospsicoanalistas;peropermítasemeconfesar,porunavezysinque sirva de precedente, que al ver el erecto perfil del gran acantilado, levemente combado para atrás, no he podido sustraerme a la impresión, Dios me perdone, de que esta mala pasión por Gibraltar podría encerrar a la
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PERMITIR.1 - Dar, la aoturidad competente, el consentimiento para que se realice [algo].