Texto contextualizado: |
pendiente la atención, bloqueada cualquier iniciativa, el supremo poder logra mostrarse a los ojos de los hombres, e incluso verse a sí mismo en el espejo, a imagen y semejanza de la divinidad, que se reserva en exclusiva el soberano arbitrio de dispensar, según le place, ora la turbación, ora el consuelo. Y, por cierto, que no es a humo de pajas hablar de endiosamiento. Ya que alguien pone aún en duda la idoneidad de un tratamiento teológico de este tinglado, empezaré por recordar aquí un artículo del profesor |
RAT:231.01 |