Texto contextualizado: |
esta vez contra sus antiguos detentores o sus nuevos enemigos, el potro del tormento. Atacar a la tortura por su punto más fuerte no es acunarse una vez más con el gastado y desacreditado cuento de los niños buenos y los niños malos, sino recordarle a quienquiera que se monte en la bestia del Estado que la tortura no depende, en última instancia, de la buena o la mala voluntad o disposición de este o de aquel jinete, sino que se halla inscrita en la condición misma de la cabalgadura, cuyas querencias naturales están |
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