VII fue el traidor más abyecto de la historia de España, pues hasta en las mejores familias puede darse un bellaco, salvo que las casas reales sufren la desventaja de que sus hechos se guarden con más larga y segura memoria; perosiporlaconsideraciónquehasabidomerecernoslamuydignay estimable persona de su actual descendiente y sucesor, escamoteásemos, por ejemplo, las cartas de Valencey, en las que El Deseado felicitaba al emperador por sus victorias sobre quienes morían con el nombre de Fernando