el frío comenzaron a causar sus efectos. Tras ir quemando gradualmente los escasos enseres que había en el refugio, intentaron una salida desesperada, pero la nieve era muy alta, el panorama brumoso y el único camino se había borrado. Era imposible seguirlo sin extraviarse oacabarrodandoladeraabajo. »Ninguno de nosotros, Francesca, podíamos pensar en una situación de peligro. Abajo desconocíamos hasta el lugar preciso en el que se hallaba el refugio. Patrizia salió,