toda Florencia el día de su muerte haciendo brotar lágrimas de los ojos de todos los hombres y mujeres che di lei ebbono alcuna notizia. Aquel ser real que personificaba a un tiempo la virginidad cristiana y la plenitud pagana, la idea neoplatónica de belleza y verdad que Botticelli tan plásticameente representarayque,anivelteórico,Lorenzo de Medici había avivado como una llama entre los olivos y cipreses de su villa de Careggi. Un torbellino de sensaciones había dentro de la cabeza