Texto contextualizado: |
Jano siguió a Betina cuesta arriba, en dirección a la parte antigua del pueblo. Ella se detenía de vez en cuando para señalarle las cosas dignas de atención: una fachada llena de celosías y de maravillosas y coloreadas pinturas geométricas; la arboleda de un jardín sobre cuyas tapias resplandecía el lago; las pequeñas iglesitas bizantinas, con sus ventanucas de piedra, a veces convertidas en mezquitas y revocadas de cal; las viejas casas macedónicas con sus tallas de madera junto a pequeños |
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