Texto contextualizado: |
sin tantos miramientos. Como ejemplo de la menor coba que se daba al penitente masculino, puede servir la anécdota siguiente, que hace poco me ha referido uno de ellos: Por los años cincuenta, en la Iglesia del Buen Suceso de Madrid, un curita benévolo había optado por dar la absolución a los hombres sin preguntarles nada, y había una cola impresionante. Como impresionante sería, si pudiera hacerse sobre estadísticas fiables, el número de jóvenes desbordados por la escisión |
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