tendremos que volver muchas veces, al tema de la sonrisa como panacea: Sonríe dulcemente sin enfadarte... y diles cuantas veces necesitan de tu «pequeño ingenio mecánico» para el funcionamiento de su casa, de tu genio musical para cantar al niño, de tu cirugía paracurarlescuandosecortanyponenelgritoenelcielo. y de tu filosofía para consolarles cuando su ciencia les falla. Pero no era solamente el fantasma del feminismo el que se agazapaba detrás de estos consejos represivos. También se temía