de la mujer fuera del hogar casi exclusivamente bajo el prisma de sus aspectos negativos, como ocasión de relajamiento y pecado. A nadie, ni siquiera a los censores más estrictos, se le ocultaba que estaba bien entrado el sigloXXyqueaquelfenómeno,pormuyalertaqueconviniera estar sobre él, representaba ...un efecto normal, acaso más tranquilizador de lo que podía preverse, de la transformación debida a los trastornos nacionales y mundiales habidos los últimos decenios.