Ha dormido, quizás soñado? Resopla y agita su cabeza, sacudiendose sus fantasmas como un perro mojado se sacude el agua. Verifica sus manos: las de siempre. ... Sólo que, añora: «¡Si fueran también las de Dunka! » Leacariciarían,seposaríanensufrentelibrandola de maleficios... Resucita en su poso interior una cancioncilla sentimental, de moda cuarenta años atrás, que en plena guerra permitía olvidar los tiros... Un atardecer en