Texto contextualizado: |
recordandole a Francesca, era como una condenación gloriosa y felicísima, eco sublime de unos días en que a pesar de los temores, tantas veces había llegado a llorar de júbilo. Pero aquel bisturí, aquel bisturí del violín, volvía a abrir las heridas no suficientemente cerradas y daba un seco corte a su amistad con Peter. Aquella música, de puro bella, era demasiado terrible. Y terrible también la exigencia del amigo que se iba para siempre y que, deseando alargar con la música |
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