su primer encuentro con Francesca y descubrió un tercer perfil de mujer. Como en un torbellino giraron con su confusión, en su cabeza, los tres perfiles: el de Isabel d'Este, de Leonardo, el real de Francesca y el de aquella Simonetta, amante y cortesana bellísima queconmovióatodaFlorenciaeldíadesumuerte haciendo brotar lágrimas de los ojos de todos los hombres y mujeres che di lei ebbono alcuna notizia. Aquel ser real que personificaba a un tiempo la virginidad