partida se ha perdido. El dinero es ya invencible y no permitirá rebeldías. Nos asesinará o nos comprará, pero no nos liberaremos. NÉSTOR.- ¿Qué pretendes entonces? ¿La resignación? DIONISIO.- Yo pretendo cosas muy personales y casi imposibles:lasúnicasquemerecenesperarse.(Breve pausa.) Como Rosa. NÉSTOR.- ¿Qué dices? (ROSA, que se disponía a salir con las botellas y los vasos, se detiene, turbada.)