ausencia mental con alguna intención determinada de antemano, proyectada y estudiada anteriormente, de modo que cuando se presentó la ocasión sólo tuvo que saltar adelante. Y la intención no podía ser otra que la de provocar una reacción de la que esperaba obtener algún beneficio. Peroesebeneficionoentrañabalaextenuación del hombre, pues, en tal caso, el agente provocador, el «algo», sufriría conjuntamente con él las consecuencias. En otras palabras: Acababa de recibir un