puestos en el techo y en ningún momento los apartó de él, por lo que la ceniza fue cayendo al suelo. Miraba al techo y sonreía. Su sonrisa era beatífica y, de no ser por el periódico movimiento de los párpados, cualquiera diríaqueeltecholehabíahipnotizado, más aún, que se había apoderado de su mirada, como un espejo. Y así permaneció, sin mover un músculo, con la expresión en la cara de quien se ha
MIR:132.20
HIPNOTIZARI - Asombrar. Fascinar [a alguien], en ocasiones, con intención de engañarlo o de dominarlo