ella; si el barrio era además un laberinto repentinamente inexplicable, aquel lugar de referencia que antes le tuvo obligado, el Macao, se convertía ahora en un enemigo temible. Porque, sin duda, ése era el portal que velabaelojodellaberinto,ysialentreabrirsecruzaba con él sus ojos, este azar bastaría para señalarle y desatar contra él a los perros de la noche. Volvió a ponerse en marcha, felicitandose por su anterior renuncia
MIR:078.21
CRUZARII - Intercambiar [palabras, miradas o gestos]