y él tomó asiento en el sofá, junto a ella, ahora podía recordarlo. Rodeó su cara, en efecto, y quebró su sonrisa. La sonrisa se repitió insistentemente en su cabeza. Enderezó el tronco y su mirada halló inesperadamente elcuerpo.Sucorazónempezóalatiren desorden. Una inquietud, un anhelo, un alerta, se precipitaron dentro de él, que no apartaba la vista del cuerpo yacente impelido por las rápidas descargas que se sucedían en
MIR:019.24
LATIR.1 - Realizar el corazón o las arterias sus movimientos característicos de contracción y dilatación