la gratuidad absurda del acto le había cegado, ciertamente, pero apartado de su influencia las cosas se presentaban de otro modo. Un acto infeliz, estúpido, no querido... bien ¿acaso su fatalidad lo diferenciaba en cuanto a los resultados decualquierotroenelqueunodebejugarse su prestigio, su futuro o... su vida, por mor del azar? Este era el camino, la línea perdida que, oculta tras el fogonazo de aquel momento horrible,