ron y coca, oyó el sonido del vidrio al estrellarse en el fondo del patio. Miraba hacia la calle cuando la vio venir. Paseaba ante el ventanal desde un rato antes, sin nada que hacer, viendo pasar a la gente allá abajo, porlasaceras,apurandolosúltimosminutos que faltaban para el cierre de los comercios. Se preguntaba por ella cuando la descubrió avanzando entre la multitud, vestida con un traje sastre cuya falda descubría las rodillas,