puedo hacer? -se dijo--. Estoy llorando, dios mío, qué va a ser de mí --se dijo--. ¿Qué va a ser de mí ahora? Estaba sentado, las piernas flexionadas, sobre un cuerpo rígido, sobre un estómago muerto,llorando,aplastandoeltraserosobre un cuerpo exánime, sobre una cosa. De continuo pugnaba por detener las lágrimas. Ningún otro humor manifestaba vida en su cuerpo y éste, en tal quietud, parecía