La respuesta era clara como el miedo y la evitó espantado. Quiso creer que esa explicación pertenecía únicamente a una cínica traición de su mente presa del pánico. Fue un ataque resuelto sin vacilación; no halló motivo que impeliera la acción homicida; peroluchabacontodassusfuerzasparaalejarla pregunta de sus pensamientos. El rostro de ella se multiplicaba en su mente como en un caleidoscopio y temió estar tan cerca de la locura que incluso mordió sus labios para no delatar