camarero, aunque por el momento sólo consiguiese visualizar sus manos, las manos venosas y algo temblonas que le traían el plato de sopa. Debería ocuparse de sí mismo. Nunca como ahora tuvo necesidad de ayuda. ¿Dónde estaban susamigos,dóndedormían?¿Quiénpodríaauxiliarle? De pronto comprendió que su posición no era distinta de la del barrio en que se encontraba: aislado, lejano y sin ayuda, pertenecía a un cuerpo, una ciudad, que