-los hay- para afincar y nutrir una democracia genuina. Es una tarea urgente y apenas si tenemos tiempo. Mi advertencia se justifica por lo siguiente: la disyuntiva tradicional de América Latina -democracia o dictadura militar- empieza anotenervigencia.Enlosúltimosañoshaaparecido un tercer término: la dictadura burocrático-militar que, por un colosal equívoco histórico, llamamos «socialismo». Para comprender más cabalmente los términos de la disyuntiva histórica a que se enfrentan nuestros