vivieron al margen del mundo, en un aislamiento que, como ha apuntado el historiador O'Gorman, fue fatal para nuestra educación política. Desde entonces somos pueblos de ensimismados, como los mexicanos, o ávidos de novedades de fuera, como los argentinos. La hegemoníanorteamericanavolvióaaislarnos:elproblema central de nuestras cancillerías consistía en hallar la mejor manera de obtener la amistad de Washington o de evitar sus intrusiones. La cortina entre América Latina y el mundo se