ha vivido insertada en la administración pública y sólo hasta hace unos pocos años los intelectuales han encontrado acomodo en las universidades, que han crecido y se han multiplicado. La función de la Iglesia y de las órdenes religiosas la cumplen ahora las universidades. El parecido se acentúa siseadviertequeestasúltimassoninstituciones públicas estrechamente asociadas, como lo estaba la Iglesia de Nueva España, al Estado. Incluso puede decirse que su dependencia es mayor: la Iglesia fue inmensamente