al gobierno soviético no le bastó esta victoria estratégica y política. Una vez más apareció la ideología: para consumar la dominación rusa había que transformar a Afganistán --un país profundamente religioso, dividido en etnias, tribus y feudos rivales-- en una República Popular. OtrogolpedeEstadoacabóconelpoderdeDaud --y con su vida. Lo que ocurrió después es conocido: la lucha entre las facciones ideológicas, el terror y sus miles de víctimas, dos nuevos y sangrientos golpes de Estado,