la voy a encontrar en Pau o en Burdeos.» Herrera le preguntó: «¿Estás contenta de haberte casado?» Ella dijo que no le avisó por no atreverse a escribirle y porque no podía mandarle una simple invitación impresa. Exclamó:«¡Cavilétanto!Muertamamá,penséque yo te traería recuerdos tristes. O que no me perdonabas porque me llamaba como ella y era otra.» Le preguntó por Poyaré. Estaba anémico. Por él habían