punta a la planta de los pies) como si fuera un resorte de aquella terrible contractura de pronto proyectó al embajador en un salto felino. A continuación presenciamos una escena desordenada y penosa. Por un lado, el patetismo de las solícitas atencionesparasocorreralasoberana,paraconsolarla y recuperar para ella y también para el gran acto solemne que nos había reunido, la compostura que por un instante pareció maltrecha. Por otro lado, el oprobio: nuestro embajador
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CONSOLAR - Aliviar la pena o el disgusto a una persona.