. --La verdad --contesté, porque sus comentarios me parecieron fuera de lugar-- es que si nos descuidamos, no llegamos a tiempo al ómnibus. Caminé con apuro y aprensión. El error de apartarme del grupo no sólo me pareció imperdonable: noentendíaporquélocometí.Desdeluegoechaba la culpa a Brescia, pero me alegraba de tenerlo a mi lado, por si me interrogaba algún policía. Subimos la cuesta. Por una callecita llegamos a la