, porque lo respaldaban los buenos sentimientos y la verdad. Oyó el doble giro de la llave en la cerradura, vio cómo la puerta se abría y aparecía Viviana, pálida y ojerosa. «¡Viene directamente de la cama!», sedijo.Sienesemomentocallaba,seportaríacomo un hipócrita. Con gritos roncos y destemplados empezó un interrogatorio. La muchacha no negó nada. Al otro día, cuando él estaba por salir, Viviana le preguntó
HIS:066.23
CALLAR.1 - No hablar o dejar de emitir algún sonido.