a una amiga. --La mujer siempre llega tarde --sentenció Moureira. Discutieron (esperar unos minutos, irse en el acto) hasta que oyeron una sirena. --Menos mal que en la policía no han descubierto que la sirena previene al fugitivo --observó Lohner, mientrasayudabaalprofesorasubiralalancha. Gerardi le preguntó: --¿Algún mensaje? --Digale que para mí era lo mejor de la vida. --¿Pero que la