Con impaciencia dijo Lohner: --No va a ser fácil retener al tal Moureira. Cuando quedó solo se preguntó si estaba asustado. Sabía que tenía apuro por cruzar a la otra Banda y que no dejaría a Valeria. Después de la conversación conlosmuchachos,leparecióqueavanzabainevitablemente por un camino peligroso, desde cuyos bordes las cosas, aun las más familiares, lo miraban como testigos impasibles. Sin perder un minuto se largó a la facultad. En el